La tecnología ha transformado sin vuelta atrás cómo las personas compran. La existencia de catálogos en línea inmensos, inversión en logística para ofrecer envíos de día siguiente e interminables opciones de personalización han transformado al público a una nueva forma de interacción en experiencias de compra. Con un virtual showroom, los espacios reales y digitales se integran aún más, especialmente para la industria de los bienes raíces.
Tradicionalmente, un showroom es cualquier espacio designado para exponer productos o servicios de tal forma que sean llamativos a potenciales compradores, comúnmente encontrados en plazas comerciales.
Actualmente, las tiendas en línea y los espacios en redes sociales han desplazado gran parte de los roles que ocupa el showroom, transformándolos a un entorno más amigable para el usuario. Sin embargo, esto trae consigo un par de situaciones no tan positivas.
Llegar a compradores entre lo virtual y lo físico
En un showroom, ya sea para ropa, joyería o bienes raíces, el vendedor tiene la capacidad de curar una experiencia multisensorial para encantar a sus invitados. Los olores, la iluminación, el recorrido y la atención al cliente trabajan en conjunto para crear una vivencia memorable que funciona a favor de la marca.
Los espacios en línea, aunque traen consigo beneficios como alta tasa de interacción, inversión reducida y mayor alcance, pierden parte de lo que hace tan valioso el showroom tradicional. Las nuevas audiencias se ganan sacrificando el control del espacio, pues uno siempre está a la merced de cómo la red social provee interacción con sus usuarios. Las redes tampoco son inmersivas: el público tiene un sinfín de posibilidades para explorar y salir del alcance de la marca tan fácilmente como llegó. El carácter masivo de las redes, además, entra en choque con la experiencia personalizada que se puede crear en un espacio real.
Showroom contra internet: ventajas y desventajas
Al trasladar la interacción con clientes de un showroom a un espacio digital, se podría decir que surgen las siguientes descompensaciones:
- Mayor alcance pero menor control del espacio
- Mayor interacción pero atención menos personalizada
- Mayor inmediatez pero menor retención de atención
- Mayores resultados por inversión pero menos experiencia
Muchas marcas han sabido navegar bien este panorama y han sido capaces de alterar la propuesta de valor de sus productos para que se presten con mayor facilidad a las fortalezas de una experiencia digital y puedan prescindir de las físicas.
Por ejemplo: la industria de la moda ha dependido por décadas de los espacios en centros comerciales para atrapar consumidores y crear un sentimiento y mensaje propios. En años recientes, un buen número de nombres han surgido o han adaptado su modelo de negocios a uno digital, enamorando a compradores que hasta hace unos años tendrían absoluto pavor de comprar ropa por internet.
El dilema entre la experiencia física y virtual
Toda esta situación es particularmente vigente para empresas que mueven poco volumen de alto valor, como las inmobiliarias o automovilísticas. En estas, el público todavía espera un contacto real y una atención personalizada, lo que termina poniendo estos mercados en un punto incómodo en el que desean los beneficios que plantean el uso de herramientas digitales, pero están conscientes de que un showroom todavía es importante para brindar a sus compradores el tipo de experiencia que requieren.
Pero, ¿es realmente una necesidad? ¿O solamente no han descubierto las herramientas digitales correctas? Un sitio web y presencia en redes sociales ayudan en gran medida, pero no hasta ahí llega la innovación virtual de nuestros siglos. Aquí es donde entra un virtual showroom para ofrecer lo que verdaderamente les hacía falta.
¿Qué es un virtual showroom?
A través de innovaciones recientes en realidad virtual y aumentada que no hasta poco llegaron a las manos de los consumidores, los virtual showrooms permiten crear una experiencia 100% digital igual o más completa y envolvente que una real.
Con un visor de realidad virtual y tecnología desarrollado específicamente para este propósito, se le puede presumir a potenciales compradores e inversionistas lo mejor de un proyecto de bienes raíces, todo con una inversión reducida.
Al utilizar la tecnología adecuada, un virtual showroom puede crear muchas de las ventajas de valor que entablan soluciones digitales que por mucho tiempo estaban lejos del alcance del modelo de negocio de las industrias inmobiliarias.
Con un entorno completamente inmersivo, se puede garantizar un posicionamiento clave en la mente del público que lo consume, captando miradas, generando expectativas y creando diferenciación.
Ventajas clave de un virtual showroom
1. Innovación
Estar al filo de la tecnología y mantenerse innovando siempre es una buena estrategia, particularmente en mercados altamente competitivos. Estar siempre al tanto de nuevas y mejores formas de hacer las cosas es, por sí mismo, un ideal que rinde frutos.
2. Atractivo
Al tener un alto factor de novedad, el público muestra más interés en participar en un virtual showroom. Muchas personas nunca han utilizado gafas de realidad virtual y la simple oportunidad de descubrirlas es una gran forma atraer.
3. Posicionamiento
Ser de los primeros en adaptarse a un virtual showroom es una gran forma de posicionar una empresa como innovadora y líder en el mercado, pues logra diferenciar a través de una experiencia premium. Es de las mejores maneras de destacar en eventos y ferias.
4. Hiperrealismo
Con las herramientas adecuadas, una experiencia virtual puede ser indistinguible de lo real en lo que detalle se trata. Un usuario se puede sentir como si realmente estuviese en un lugar existente, que es completamente customizable por la marca.
5. Costos
Después de una inversión inicial, los costos de usar virtual showrooms disminuyen, pues el equipo es fácil de trasladar y reutilizar, lo que aumenta el retorno en inversión. El contenido virtual es de igual forma relativamente sencillo de crear y actualizar si se cuenta con los aliados correctos.
6. Interacción
Se puede ir más allá de lo que puede hacer un showroom físico. Con información superpuesta, infinitas posibilidades de personalización y mecanismos interactivos, la realidad virtual no solo emula, también mejora la experiencia de usuario.
Con la tecnología correcta, los virtual showrooms son el siguiente gran paso en la evolución del marketing y ventas en bienes raíces. De aquí en adelante, sus posibilidades y alcance están por detonar, trayendo consigo una nueva forma de hacer que las marcas lleguen a sus audiencias.